lunes, 21 de enero de 2013


enero 2013
Salgo con yarak. Está en 700. Muy gordo, pero me interesa volarlo para ver cómo responde. Vamos a los campos de siempre, junto a casa. Cuando voy a soltarlo, veo un milano. Espero que se aleje. Pero se queda encima nuestro haciendo tornos y observándonos. Vuela muy bajo, está a unos treinta metros, como mucho. Cuando se va, suelto a yarak. Al principio, bien, me sigue rápido como siempre y vuela de mi puño a los posaderos que va encontrando, paredes, uastres. Pero de repente, cuando venía al puño se asusta por algo ¿? Y grita y se va un par de tancas mas allá. Le veo. Está arriba de una uastra. Bien… espero un rato. Me alejo, en vez de ir a por él, pero no viene. Recuerdo los consejos de cetreros, y espero. El tiempo, si soy paciente juega a mi favor. Llego al medio de la tanca, y viene cuando le llamo. Le doy roedero y pa casa. Tengo que bajarle, al menos, unos 30 gramos. Este invierno, su peso de vuelo ronda los 660


No hay comentarios:

Publicar un comentario